7 Datos Divertidos sobre el Café

Uno de los datos más sorprendentes sobre el café es que su descubrimiento se le atribuye a las cabras. Según una antigua leyenda etíope, un pastor de cabras llamado Kaldi tropezó con los efectos energizantes del café cuando notó que sus cabras se comportaban de manera extraña.

La historia cuenta que las cabras de Kaldi comenzaron a saltar y bailar con una energía inusual después de comer unas bayas rojas brillantes de una planta en particular. Intrigado, Kaldi probó las bayas él mismo y experimentó un aumento similar de energía.

Kaldi luego compartió su descubrimiento con un monje local, quien decidió preparar una infusión con las bayas para probar sus efectos. Después de beber la mezcla, el monje se dio cuenta de que le ayudaba a mantenerse despierto durante las largas horas de oración y meditación.

La noticia de esta "bebida milagrosa" comenzó a difundirse por toda Etiopía y pronto llegó a otras partes del mundo. Aunque este cuento pueda parecer fantástico, destaca los humildes orígenes del café y su temprano papel en la cultura humana.

Créelo o no, el café no siempre fue la bebida querida que es hoy. A principios del siglo XVI, el café fue de hecho prohibido en La Meca. A medida que las cafeterías comenzaron a ganar popularidad por toda la Península Arábiga, se convirtieron en lugares de reunión donde las personas no solo disfrutaban del café, sino que también participaban en animadas discusiones.

Las autoridades de La Meca comenzaron a sospechar de estos encuentros, temiendo que los efectos estimulantes del café pudieran fomentar ideas rebeldes y desacuerdos políticos.

En 1511, el gobernador de La Meca, Khair Beg, declaró ilegal el café, citando sus efectos estimulantes como una amenaza potencial para el orden público. Las cafeterías fueron cerradas y se prohibió estrictamente beber café.

Sin embargo, la prohibición no duró mucho. El sultán otomano de la época, quien era un ávido bebedor de café, revocó la decisión y restableció la legalidad del café, permitiendo a las personas disfrutar nuevamente de su bebida favorita.

El café desempeñó un papel vital en la formación de la historia intelectual. Durante los siglos XVII y XVIII, Europa vivió la Edad de la Ilustración, un período marcado por nuevas ideas en ciencia, filosofía y política.

En el corazón de esta revolución intelectual se encontraban las cafeterías, que rápidamente pasaron a ser conocidas como "universidades de un penique". Por el precio de una taza de café, cualquiera podía entrar y participar en conversaciones estimulantes con filósofos, científicos y artistas.

A diferencia de las tabernas, donde el alcohol a menudo adormecía los sentidos, las cafeterías ofrecían un espacio para discusiones sobrias y centradas, ayudando a agudizar las mentes y fomentar debates sobre temas que iban desde el arte hasta la política.

Pensadores famosos como Voltaire, Isaac Newton y John Locke solían frecuentar las cafeterías, donde discutían ideas que influirían en el curso de la historia.

La conexión entre el café y el pensamiento ilustrado fue tan fuerte que las cafeterías se convirtieron en centros de ideas revolucionarias. De hecho, algunos historiadores creen que las discusiones en las cafeterías incluso ayudaron a desencadenar importantes movimientos políticos.

Uno de los datos más sorprendentes sobre el café es que los "granos" de café en realidad no son granos en absoluto. Son en realidad las semillas de la cereza de café, una fruta que crece en los cafetos. El término "grano" se usa simplemente porque las semillas se parecen a las legumbres, pero en realidad provienen de una fruta carnosa que se vuelve de un rojo brillante o amarillo cuando madura.

Cada cereza de café típicamente contiene dos semillas, que son los "granos" que se cosechan, procesan y tuestan para hacer el café que conocemos y amamos.

En algunos casos raros, una cereza de café puede producir solo una semilla, conocida como "peaberry", que se considera una delicadeza debido a su perfil de sabor único.

Curiosamente, la cereza de café en sí está llena de antioxidantes y se ha utilizado en algunas regiones para hacer una bebida similar al té llamada "cascara". Aunque el cascara no es tan conocido como el café, está ganando popularidad por su sabor suave.

Brasil, el mayor productor de café del mundo hoy en día, alguna vez dependió tanto del café que usó este cultivo para saldar deudas internacionales. A principios del siglo XX, el café era la columna vertebral de la economía de Brasil, representando una parte significativa de las exportaciones del país.

Sin embargo, durante la Gran Depresión de la década de 1930, los precios globales del café cayeron en picado y Brasil se vio enfrentado a dificultades económicas.

En un movimiento audaz, el gobierno brasileño recurrió al café como forma de moneda. En 1932, Brasil envió un enorme envío de café a Alemania para pagar una parte de su deuda nacional. Aunque poco convencional, este enfoque subrayó cuán valioso era el café para la economía del país.

En ese momento, Brasil estaba produciendo más café del que el mundo podía consumir, por lo que el gobierno incluso quemó el exceso de café para estabilizar los precios y preservar su valor.

Aunque la preparación del café tiene raíces ancestrales, el café instantáneo es una invención relativamente moderna que revolucionó la forma en que las personas consumen café. La creación del café instantáneo se le atribuye al químico japonés-estadounidense Satori Kato, quien introdujo el primer polvo soluble de café en 1901 en la Exposición Panamericana de Buffalo, Nueva York.

Su invención permitió que el café se preparara rápida y fácilmente simplemente agregando agua, un concepto innovador para su tiempo.

Aunque Kato fue el pionero del proceso, no fue hasta la década de 1930 que el café instantáneo ganó popularidad generalizada.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el café instantáneo se convirtió en un alimento básico para los soldados que necesitaban una fuente rápida y conveniente de cafeína en el campo de batalla. Reconociendo su potencial, compañías como Nescafé® perfeccionaron y popularizaron el producto, convirtiendo al café instantáneo en un alimento básico en los hogares a mediados del siglo XX.

Después del petróleo crudo, el café ostenta el título de ser la segunda mercancía más comercializada del planeta. Este increíble dato resalta cuán impactante es el café en la economía global.

Cada año, millones de personas en más de 70 países participan en el cultivo, producción y exportación de café. Desde pequeños agricultores en Etiopía hasta enormes plantaciones de café en Brasil y Vietnam, el café es una industria vital que proporciona sustento a millones de personas en todo el mundo.

La demanda global de café es asombrosa, con más de dos mil millones de tazas consumidas a diario. Esta alta demanda ha hecho del café un jugador clave en el comercio internacional, especialmente para muchas naciones en desarrollo cuya economía depende en gran medida de su exportación.

Mientras disfrutas de una taza de espresso, cada sorbo te conecta con un viaje increíble que ha abarcado siglos. Así que la próxima vez que prepares una taza, tómate un momento para apreciar el increíble legado detrás de esta bebida tan querida.